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ALIMENTOS CONSUMIDOS EN LA PREHISTORIA

En la Prehistoria los homínidos se alimentaban guiados por el instinto de supervivencia. Consumían los alimentos directamente y sin transformación alguna.

 

Las principales fuentes de alimento en el Paleolítico fueron: los insectos; la recolección de raíces, semillas, hojas, frutos silvestres (moras y frambuesas), frutos secos (avellanas o piñones) y vegetales silvestres; roedores, insectos, serpientes, caracoles, huevos; la caza de animales (caballo, ciervo, rinoceronte, entre otros) y aves.  De los huesos extraían el tuétano o médula, y también los sesos. Los homínidos también consumieron algunas plantas medicinales como la castañuela o juncia real (cyperus rotundus). Así mismo, los grupos de homínidos (nómadas) se desplazaron tras las grandes manadas de animales o a lugares donde se cazaba en forma regular. En algunas ocasiones para su consumo, robaron a los animales las presas que cazaban, o consumían animales caídos accidentalmente en cuevas que servían de trampas naturales. La carne en un comienzo se consumió cruda, pero a partir del descubrimiento y uso del fuego se empezó a cocinar.

 

En el neolítico, surgió una nueva forma de obtener alimento: la agricultura, la ganadería y domesticación de animales, que generaron profundos cambios como la sedentarización, ya no hacía falta desplazarse de un lugar a otro para conseguir el alimento.  Aparecieron los primeros poblados y la sociedad empezó a estructurarse. En las casas crearon el espacio de la cocina y los almacenes para conservar alimentos. Consumieron animales como las cabras, caballos, cerdos, perros; cereales como el trigo y la cebada; y lácteos. Los que vivían en la costa aprendieron a pescar, comieron mariscos, ostras y mejillones que fueron manjares valorados. Endulzaban sus alimentos con miel. Aprendieron a conservar los alimentos dejándolos secar o en salazón. 

 

Con los cereales se empezó a preparar un alimento similar al "pan", incluso se han encontrado restos de tortas de trigo con una capa de miel, también se prepararon purés y papillas. Un gran avance de esta etapa de la Prehistoria fue la aparición de la cerámica, así como de los utensilios para cocinar y almacenar los alimentos. Otro gran invento de la vida sedentaria fue la aparición del horno construido con guijarros y arcilla.  De esta manera, los alimentos se empezaron a "cocinar" en forma similar a como se hace hoy día. Este cambio alimenticio tuvo como primera consecuencia la aparición de las caries.


En cada zona del mundo se cocinaron los alimentos que había en el entorno.

Castañuela

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La utilización del fuego les permitió a los homínidos y a los humanos: calentarse en épocas de frío, alumbrar en la oscuridad, ahuyentar a los animales y cocinar. Al cocinarse los alimentos se hicieron más digeribles, más deliciosos, desprendieron todos sus aromas y sus sabores se mezclaron, creándose de esta manera la cocina como fuente de diversidad. Los cereales pudieron ablandarse y algunos dejaron de ser tóxicos como la mandioca. Cocían los alimentos asándolos en las brasas o encima de piedras calientes. Hervían los alimentos en recipientes hechos de madera o pieles, donde introducían piedras muy calientes.
 

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A partir del Neolítico se empezó a cultivar en:

 

  • Europa:  cereales como el trigo y la cebada, legumbres como las lentejas, guisantes, habas y garbanzos, gran variedad de frutas, uvas, aceitunas, nueces, almendras, pistachos, dátiles e higos que entraron a formar parte de su alimentación.

  • Asia: judías, arroz, plátanos verdes y amarillos, soja, coco, mijo, ñame, caña de azúcar.

  • América: fríjol (los primeros vestigios datan del año 3500 a. C.), chiles, tomate verde, calabazas, maíz, yuca, mandioca y patata. Las frutas tropicales cultivadas fueron las pitayas, las guayabas y los zapotes.

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